Kitty, Daisy y Lewis, tres hermanos del norte de Londres, forman una de las bandas más
sorprendentes y fascinantes del panorama actual. A pesar de estar inspirados en
los años 50 tanto en estética como en música. Digo a pesar, también podría ser
gracias a ello pero seamos serios, hoy en día es complicado triunfar con estilo
retro. Hay infinidad de estilos y la gente por lo general demanda novedad. Así
que tienes que ser muy bueno o parecerlo. En este caso el talento salta a
la vista. Y es curioso, al final, por una suma de factores, resultan originales
y modernos.
Cuando tú y yo jugábamos a la pillada, a las casitas o a los
videojuegos, los Hermanos Durham jugaban a la música. Su casa estaba llena de
instrumentos y sus padres en vez de instarlos a no hacer ruido, les animaban a
tocarlos. No en vano, el padre, Graeme Durham, es guitarrista e ingeniero jefe
de sonido en The Exchange Records;
la madre, Ingrid Weiss,
fue batería del grupo punk The RainCoats,
una pequeña leyenda de la escena underground londinense. En las giras ambos les
acompañan: el padre con la guitarra rítmica o la pandereta y la madre con el
contrabajo.
Al verlos sobre el escenario es inevitable pensar que les dan de
comer a estos chicos. Intercambian instrumentos y voces con una facilidad pasmosa,
como si fuera lo más normal del mundo tocar todos los instrumentos habidos y
por haber. Esta versatilidad aporta frescura tanto en sus directos como en sus
trabajos discográficos. Kitty canta y toca la armónica, la batería o percusión,
el ukelele, el banjo, el trombón y la guitarra. Lewis canta y toca la guitarra,
la guitarra lap steel, el piano, el banjo y la batería o percusión. Daisy canta
y toca la batería o percusión, el piano, el acordeón y el xilófono. Se reparten
el trabajo con equilibrio y naturalidad.
Los tres son insolentemente jóvenes: Kitty 21,
Lewis 24 y Daisy 26. Su carrera la llevan con inteligencia y aplomo. No se han
lanzado a publicar discos a lo loco. Hasta la fecha tienen 3, lanzando el
primero en 2008 (título homónimo: Kitty, Daisy & Lewis), un disco íntegro de versiones de los años 50 que recibió
buenas críticas. El disco fue lanzado en formado CD pero también en formato
vinilo de 12
pulgadas a 78 rpm, algo que no se
veía desde hacía más de cincuenta años. La primera canción de dicho disco es Going
Up the Country. Energía pura y dura
Esa es una característica de su proyecto musical a nivel
discográfico: la pasión por el sonido analógico. Incluso han creado un estudio
para tal fin. El padre, lógicamente, sabe del tema; por su parte Lewis tiene
una gran colección de vinilos añejos (a veces pincha música con ellos) y está
aprendiendo. Los Durham dicen que las compañías, aunque les digan que no y no
quieran, siempre meten algo digital. Su pretensión es lograr el sonido más puro
posible. Lo que consideran más parecido a sus directos.
En 2011 lanzan
su segundo disco, Smoking in Heaven,
que solo contiene temas originales. Si su primer trabajo era más rockabilly y
blues, en este se adentran por otras sendas como el ska o el country sin perder
nunca esa autenticidad que les caracteriza. Un gran trabajo con canciones
propias donde demuestran que lo suyo es más que tocar bien una cantidad inmensa
de instrumentos.
A ese disco pertenece
la canción I´m Coming Home.
La canta Lewis y suena idílico, si me dicen que estamos en la rivera del
Mississippi hace 60 años me lo creo. La famila al completo. Esto es magia
señores.
Este año 2015 han lanzado su tercer trabajo llamado así, el
tercero, The Third. Es un disco más pop pero sin olvidar sus raíces: rock and
roll, jazz, calypso, blues, swing... Para este disco se han puesto por primera
vez en manos de un productor. Los hermanos sabían que a Mick Jones, el que fuera
integrante de los gloriosos The Clash, le gustaba su
música, así que le pidieron que les produjera el álbum. El resultado no
puede ser más satisfactorio. Es un paso más sin perder la gracia. Suena delicioso.
No Action es una de las nuevas canciones. Lo canta Daisy y es todo un hit en
potencia.
Kitty, Daisy y Lewis es un caso singular en la música. Creo que de
esos que ocurren de tanto en tanto tiempo. A su excelso talento unen
inteligencia, sabiduría y paciencia. Su carrera está muy bien llevada
y lejos de ser uno de esos casos temporales o fugaces, parece que
tienen largo recorrido.
Aunque su música beba de fuentes de otra época, no nos engañemos,
es actual y contemporánea. Lo mejor es que la misma Kitty lo explique: "No somos retro, es
música escrita ahora, grabada hoy en día y que tocamos mañana. Está influida
por música del pasado, como todos los demás estilos, porque ninguno se inventó
ayer. Incluso el hip-hop o la electrónica tienen décadas detrás, todos los
géneros. Toda la música de las listas de esta semana está definida por estilos
del pasado. La música es arte en movimiento". Sabias palabras,
no puedo añadir nada.
Nos despedimos con otra canción de su último disco, Feeling Of Wonder,
cantado por Kitty, en nuestro programa de radio favorito: La KEXP de Seattle.
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