miércoles, 13 de mayo de 2015

Kitty, Daisy & Lewis: La familia musical total


Kitty, Daisy y Lewis, tres hermanos del norte de Londres, forman una de las bandas más sorprendentes y fascinantes del panorama actual. A pesar de estar inspirados en los años 50 tanto en estética como en música. Digo a pesar, también podría ser gracias a ello pero seamos serios, hoy en día es complicado triunfar con estilo retro. Hay infinidad de estilos y la gente por lo general demanda novedad. Así que tienes que ser muy bueno o parecerlo.  En este caso el talento salta a la vista. Y es curioso, al final, por una suma de factores, resultan originales y modernos.
Cuando tú y yo jugábamos a la pillada, a las casitas o a los videojuegos, los Hermanos Durham jugaban a la música. Su casa estaba llena de instrumentos y sus padres en vez de instarlos a no hacer ruido, les animaban a tocarlos. No en vano, el padre, Graeme Durham,  es guitarrista e ingeniero jefe de sonido en The Exchange Records; la madre, Ingrid Weiss, fue batería del grupo punk The RainCoats, una pequeña leyenda de la escena underground londinense. En las giras ambos les acompañan: el padre con la guitarra rítmica o la pandereta y la madre con el contrabajo.
Al verlos sobre el escenario es inevitable pensar que les dan de comer a estos chicos. Intercambian instrumentos y voces con una facilidad pasmosa, como si fuera lo más normal del mundo tocar todos los instrumentos habidos y por haber. Esta versatilidad aporta frescura tanto en sus directos como en sus trabajos discográficos. Kitty canta y toca la armónica, la batería o percusión, el ukelele, el banjo, el trombón y la guitarra. Lewis canta y toca la guitarra, la guitarra lap steel, el piano, el banjo y la batería o percusión. Daisy canta y toca la batería o percusión, el piano, el acordeón y el xilófono. Se reparten el trabajo con equilibrio y naturalidad.
Los tres son insolentemente jóvenes: Kitty 21, Lewis 24 y Daisy 26. Su carrera la llevan con inteligencia y aplomo. No se han lanzado a publicar discos a lo loco. Hasta la fecha tienen 3, lanzando el primero en 2008 (título homónimo: Kitty, Daisy & Lewis), un disco íntegro de versiones de los años 50 que recibió buenas críticas. El disco fue lanzado en formado CD pero también en formato vinilo de 12 pulgadas a 78 rpm, algo que no se veía desde hacía más de cincuenta años. La primera canción de dicho disco es Going Up the Country. Energía pura y dura


Esa es una característica de su proyecto musical a nivel discográfico: la pasión por el sonido analógico. Incluso han creado un estudio para tal fin. El padre, lógicamente, sabe del tema; por su parte Lewis tiene una gran colección de vinilos añejos (a veces pincha música con ellos) y está aprendiendo. Los Durham dicen que las compañías, aunque les digan que no y no quieran, siempre meten algo digital. Su pretensión es lograr el sonido más puro posible. Lo que consideran más parecido a sus directos. 
En 2011 lanzan su segundo disco, Smoking in Heaven, que solo contiene temas originales. Si su primer trabajo era más rockabilly y blues, en este se adentran por otras sendas como el ska o el country sin perder nunca esa autenticidad que les caracteriza. Un gran trabajo con canciones propias donde demuestran que lo suyo es más que tocar bien una cantidad inmensa de instrumentos.
A ese disco pertenece la canción I´m Coming Home. La canta Lewis y suena idílico, si me dicen que estamos en la rivera del Mississippi hace 60 años me lo creo. La famila al completo. Esto es magia señores. 

Este año 2015 han lanzado su tercer trabajo llamado así, el tercero, The Third. Es un disco más pop pero sin olvidar sus raíces: rock and roll, jazz, calypso, blues, swing... Para este disco se han puesto por primera vez en manos de un productor. Los hermanos sabían que a Mick Jones, el que fuera integrante de los gloriosos The Clash, le gustaba su música, así que le pidieron que les produjera el álbum.  El resultado no puede ser más satisfactorio. Es un paso más sin perder la gracia. Suena delicioso.  
No Action es una de las nuevas canciones. Lo canta Daisy y es todo un hit en potencia.


Kitty, Daisy y Lewis es un caso singular en la música. Creo que de esos que ocurren de tanto en tanto tiempo. A su excelso talento unen inteligencia, sabiduría y paciencia. Su carrera está  muy bien llevada  y lejos de ser uno de esos casos temporales o fugaces,  parece que tienen largo recorrido. 
Aunque su música beba de fuentes de otra época, no nos engañemos, es actual y contemporánea. Lo mejor es que la misma Kitty lo explique: "No somos retro, es música escrita ahora, grabada hoy en día y que tocamos mañana. Está influida por música del pasado, como todos los demás estilos, porque ninguno se inventó ayer. Incluso el hip-hop o la electrónica tienen décadas detrás, todos los géneros. Toda la música de las listas de esta semana está definida por estilos del pasado. La música es arte en movimiento". Sabias palabras, no puedo añadir nada.
Nos despedimos con otra canción de su último disco, Feeling Of Wonder, cantado por Kitty, en nuestro programa de radio favorito: La KEXP de Seattle.


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